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Nuestra profesión es relativamente joven, tiene menos de 100 años, antaño no había ópticos-optometristas sino eran los propios joyeros anteojeros los que graduaban la vista, junto con la figura del oftalmólogo. Posteriormente aparecieron los estudios universitarios que conocemos a día de hoy, primero fue la diplomatura en óptica de tres años de duración, luego la diplomatura en óptica y optometría también de tres años de duración y por último el grado, postgrado y doctorado en óptica y optometría de cuatro y cinco años en adelante.  Si hubiese querido hacer el postgrado cuando cursé mis estudios hubiera tenido que viajar a los EE.UU a Boston o a Chile a Valparaiso… A día de hoy puedo hacerlo en la propia universidad dónde estudié, la escuela universitaria de óptica y optometría ubicada en Madrid.

Mi experiencia personal es que salimos con una gran formación en física, matemáticas y óptica física, además de otras asignaturas que profesionalmente hablando luego no tocamos en nuestros respectivos trabajos, me refiero a la salida profesional por excelencia, el trabajo en una óptica. En si es bastante compleja para el trabajo que luego solemos desempeñar…

Hace poco cursé un máster de experto en optometría clínica y tuve la oportunidad de poder volver a estudiar enfermedades visuales, así como ayudas de baja visión, adaptación de lentes de contacto de todo tipo y visión binocular que bajo mi punto de vista en la carrera se enfoca como un 50% de la carrera, y el otro 50% se dedica a asignaturas como son matemáticas, física, óptica física, química, … que ya hemos cursado en bachillerato. Con esto quiero explicar que nuestra carrera se podría enfocar de otra manera y dar más prioridad a las asignaturas relacionadas con la visión y el ojo.

De tener mejores medios y una mejor oferta de reciclaje, tiempo de realización, ayudas, etc… ya que la cruda realidad es que requiere un esfuerzo económico importante y el tiempo es fundamental (suelen ser los fines de semana en diferentes provincias españolas), que normalmente corre a cuenta de uno mismo, la empresa normalmente se desentiende (te da los días a cuenta de vacaciones), y por eso muchos de mis compañeros deciden no seguir formándose, yo misma en estos últimos años.

Pienso que podríamos hacer más cosas de las que ya hacemos y salvar muchas vidas ya que la retina es el espejo del cuerpo humano y muchos ictus, tumores, diabetes, infartos se podrían ver antes de que sucedieran si un profesional cualificado y con medios te atiende en ese momento.

Parece que todo esta cambiando, por ejemplo el ojo seco que en mi época de estudiante era mínimo (la media de edad cuando yo estudié era entre 20 y 40 años) ahora es una realidad y un gran problema sobretodo en mujeres con menopausia, al igual que el glaucoma, la degeneración macular, las cataratas y la diabetes, … apareciendo con ellas el grave problema de la baja visión, el profesional debería de estar formado para poder ayudar al paciente con ayudas de baja visión.